
La cruz de guía es uno de los elementos comunes e ineludibles de todo cortejo penitencial, ya que como procesión cristiana debe abrirse con la cruz, emblema básico y signo de mayor identidad de la Fe. En Sevilla, la cruz que inicia las procesiones es conocida como “de guía” ya que es la que marca el itinerario.
La actual cruz de guía de la Archicofradía de La O es de madera de cedro chapada en maderas de Palo de Rosa y Ébano. Realizada por Joaquín Ferreira en 1903 y estrenada en la Semana Santa del año siguiente, fue donación de José María de Rojas y Ezpeleta, marqués de Alventos. Presenta títulus con el acróstico INRI, ráfagas de rayos rectos biselados y casquetes de metal plateado cincelado y repujado realizados ese mismo año por Manuel Seco Imberg con motivos neorrenacentistas de candelieri y cabezas de ángeles. En la parte frontal del crucero aparece una tarja que simula cueros recortados con el escudo simple de la corporación, igualmente realizada por Seco Imberg en metal plateado. Originalmente, las piezas de orfebrería combinaban el plateado y el dorado, así como se tiene constancia visual de que la cruz presentaba una segunda cartela, más pequeña, compuesta por el anagrama JHS inscrito en una corona de espinas con los clavos en punta.
Al tratarse de uno de esos elementos comunes en todas las hermandades, la Cruz de Guía se ha convertido en uno de los objetos que recibe una mayor carga de identidad a partir de las variaciones que presenta. Algo que en el caso de La O queda reforzado no tanto por la cantidad, variedad y exhuberancia de su decoración sino por su apariencia material, consolidada con 115 años de uso casi ininterrumpido. Además, esta Cruz de Guía ha encabezado no sólo el cortejo penitencial sino también todas las procesiones o traslados en los que han figurado las imágenes de nuestros sagrados titulares. De igual modo, y de forma excepcional, participa como máximo emblema de la Archicofradía cuando sirve como una de las cruces del Vía Crucis que anualmente celebra el Consejo General de Hermandades y Cofradías.
Anteriormente, el cortejo penitencial lo encabezaba otra cruz de guía que aún se conserva en las dependencias de la Archicofradía. Se trata de una obra anónima del siglo XIX realizada en madera tallada y dorada. No está clara su cronología exacta aunque parece que se estrenó a la vez que el anterior paso procesional de Nuestro Padre Jesús Nazareno en 1846, perteneciendo quizá ambos a la misma mano. La pieza se articula a partir de dos molduras que establecen la estructura de la cruz y que permiten que el interior, completamente calado, se llene de ornamentación a base de roleos vegetales.

En el crucero aparece una corona de cabezas de ángeles que enmarcan el escudo simple de la Archicofradía en el Frontal y el anagrama JHS en el reverso. Durante casi un siglo presidió esta cruz la sala capitular de la corporación hasta que su estado de conservación motivó el traslado a la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, donde fue sometida a diferentes tratamientos de conservación. En 2006 y con motivo de la coronación canónica de María Santísima de La O fue nuevamente restaurada y dorada por Enrique Castellanos, fabricándose en ese momento dos asas de metal fundido y plateado que representan figuras aladas, así como el nuevo títulus en el mismo material repujado en el taller de Juan Borrero. De este modo, abrió el cortejo de la procesión triunfal tras la misa estacional de la coronación, así como ha abierto también la estación de penitencia de forma excepcional en 2008 y 2016.