María Santísima de La O

María Santísima de La O

Aunque existe una única devoción a María Santísima de La O, la archicofradía sacramental que hoy lleva su nombre y le rinde culto, lo hace a través de dos imágenes, una de ellas dolorosa y la otra letífica.

No parece seguro que desde el mismo inicio de la hermandad se dispusiera de una imagen dolorosa de María Santísima de La O. de hecho no aparece representada en las vitelas iluminadas de libro de reglas de 1566.

Antigua Dolorosa de La O
Antigua Dolorosa de La O

La primera noticia que tenemos de la existencia de la imagen de la dolorosa data de 1614, cuando Francisco Ortiz Farfán, maestro platero, se obliga con la hermandad para entregar unas andas de plata por precio de 2.068 reales de vellón. Esta noticia, aunque indirecta, permite deducir que para ese año ya se contaba con una Dolorosa que acompañase a los hermanos de La O en su anual estación de penitencia.

Durante el siglo XVII queda claro que el uso cultual de la imagen de la dolorosa es exclusivamente la estación de penitencia, puesto que no existe referencia a un altar donde reciba culto en la vieja iglesia del hospital, ni tampoco el nuevo templo donde no ocupará un retablo de forma estable hasta 1826.

La documentación conservada en el archivo histórico de La O atestigua cómo hasta la segunda mitad del siglo XIX no se identifica claramente a la imagen dolorosa, a la que se rendía culto, con la advocación de La O, siendo la primera vez que aparece en 1863 como “Nuestra Señora de La O en sus Dolores”. Hasta ese momento las referencias aluden a “Nuestra Señora de Pasión”, “Nuestra Señora de los Dolores”, la “Virgen de Dolor” y toda una serie de denominaciones que indicaban el carácter penitencial de la imagen.

De este modo, a lo largo de las cuentas se suceden anotaciones que refieren diferentes pagos en relación a la imagen de la dolorosa y a lo que parece su casi permanente renovación, al menos durante la primera mitad del XVII cuando se documenta “un rostro de pasión (que) compró para la ymagen de la procesión de disciplina” pagado a Francisco Nieto, u otro pago en 1632 “Por la cabeça de la imagen de Pasión”. Una sucesión de cambios que finaliza en 1667 cuando la hermandad abona 150 reales a Pedro Roldan por un rostro y manos para la dolorosa que es encarnado por Miguel Parrilla.

Esta es la imagen que parece que llegó, tras no pocas vicisitudes, hasta 1826, cuando es sometida a una profunda intervención que incluyó ponerle un cuerpo nuevo para colocarla en el retablo y así recibir culto permanente. Hasta ese momento, consta que la imagen era guardada en un arca de cedro durante todo el año y sólo se le daba culto con motivo de la estación de penitencia. Hecho que implica que en muchas ocasiones hubiera que acometer operaciones de aderezo para devolver a la imagen el estado óptimo.

Ante la ausencia de indicios que indiquen lo contrario, la imagen de la dolorosa que tallase Roldán fue sometida en 1882 a un nuevo proceso de restauración a cargo de Manuel Gutiérrez Reyes Cano.

El resultado de esta operación es el que se puede ver en las primeras fotografías, de finales del siglo XIX donde aparece la imagen dolorosa de María Santísima de La O, es además el momento en el que empieza a generalizarse la identificación de la advocación de La O con la imagen que bajo palio salía procesionalmente cada Viernes Santo.

Como consecuencia de los importantes destrozos que sufrió la imagen, durante el asalto violento a la parroquia de La O el 20 de julio de 1936, que fueron considerados irrecuperables por Antonio Castillo Lastrucci, los oficiales de la junta de gobierno tomaron la decisión de encargar al citado imaginero una nueva talla que encarnase a Nuestra Señora de La O dolorosa. El encargo se verificó el 20 de octubre de 1936 al tiempo que Castillo acometía las restauraciones de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de la imagen gloriosa de la titular de la hermandad y parroquia.

María Santísima de La O (1940)
María Santísima de La O (1940)

El 22 de marzo de 1937, lunes santo, era bendecida en la parroquia de La O la nueva imagen dolorosa de María Santísima de La O, que había sido entregada a la hermandad por Castillo Lastrucci el jueves 18 del mismo mes. La nueva y actual titular responde a un canon estético acomodado al gusto del momento dominado por un nuevo prototipo físico acorde a los planteamientos del regionalismo, y del que Antonio Castillo Lastrucci era uno de los principales impulsores y exponentes.

La imagen de María Santísima de La O es de candelero para ser vestida y mide 162 cm. de alto. La tez es morena, los ojos marrones, almendrados, grandes y abiertos, realizados en cristal y con pestañas de pelo natural en el borde de los párpados. El ceño aparece fruncido y las cejas enarcadas. Por la mejilla derecha corren tres regueros de lágrimas de cristal, mientras por la izquierda son dos. Todos se detienen a alturas desiguales. La nariz es grande y prominente y la boca aparece entreabierta, pudiéndose advertir la talla de la dentadura superior.

Su estética, por tanto, coincide con una mujer de rasgos contundentes y muy en relación con un nuevo modelo de identificación, contemplación, veneración pública y también privada, de las imágenes de la santísima Virgen. Los rasgos de la misma coinciden con extraordinaria regularidad con el tipo físico femenino que Castillo estaba implantando y que había arrancado en 1924 con la Virgen del Dulce Nombre de san Lorenzo.

El rostro de María Santísima de La O exterioriza un inmenso dolor interior, plasmado en el semblante a la vez sereno y sufriente por la dolorosa pasión de Cristo. Su advocación —La O— es sinónimo de Esperanza y en el rostro de la titular dolorosa de la Archicofradía que lleva su nombre en Sevilla se materializa el estrago del dolor a la vez que la confianza en la palabra del Señor.

Durante el año y desde 1961 la imagen de la dolorosa recibe culto en el camarín del altar mayor, cambiando su emplazamiento a la capilla Sacramental durante la cuaresma.

Como consecuencia del uso cultual, sobre todo de determinadas operaciones al vestir a la imagen y de la deficiencia de algunos materiales constitutivos, la talla de Nuestra Señora de La o ha sido objeto de al menos una gran intervención, llevada a cabo por el profesor Juan Manuel Miñarro durante el verano de 2004, cuando se somete la imagen a una profunda limpieza y diversas operaciones conducentes a reparar el efecto de alfileres y otros objetos metálicos durante el proceso de vestirla.

Coronación de María Santísima de La O
Coronación de María Santísima de La O

Tres años más tarde tendría lugar el hito histórico más importante para la imagen dolorosa de María Santísima de La O. tras la instrucción del expediente correspondiente, para la coronación canónica de la bendita imagen y tras haberse resuelto el mismo, es aprobada la coronación canónica de María Santísima de La O, hecho que se materializaría en la tarde del 2 de junio de 2007, presidiendo la misa estacional, celebrada en el altozano de Triana, don Carlos, cardenal Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla. Este hecho supone el público y general reconocimiento de la archidiócesis sevillana de la gran devoción y fervor popular que despierta la imagen de María Santísima de La O.

Junto con la de oro, realizada por Juan Antonio Borrero y diseñada por Francisco Javier Sánchez de los Reyes en 2007, la imagen cuenta con otras dos coronas, la más clásica data de 1940 realizándola Francisco Bautista en plata sobredorada. La otra, más reciente, fue realizada en 1975 por los talleres de Viuda de Villarreal.