Orfebrería

PATRIMONIO ARTÍSTICO

Orfebrería

La orfebrería es siempre un capítulo destacado dentro del acervo artístico de una hermandad. El metal repujado, cincelado o torneado, ya sea noble como la plata o el oro, o en aleaciones como la alpaca o el latón, está presente de manera muy destacada tanto en los pasos procesionales, las insignias y toda una serie de enseres que forman parte del cortejo penitencial. De igual modo, la orfebrería está indisolublemente presente en los objetos destinados al culto y la liturgia, ya sea dentro del ritual común de la Iglesia o el que de forma particular desarrollan las diferentes corporaciones.

Centrando la atención en estos últimos, la Archicofradía Sacramental de La O ha ido atesorando a lo largo de sus más de años de historia una enorme cantidad de objetos de orfebrería de los que en muchos casos sólo queda una referencia documental a través de los inventarios históricos y la documentación relativa a las cuentas. Esto se debe a que los objetos realizados en metales preciosos, especialmente de plata, fueron tradicionalmente reciclados al quedar obsoletos o deteriorados, bien para elaborar nuevas piezas, bien para sufragar otras necesidades.

Sea como fuere, la Archicofradía Sacramental de La O conserva hoy un interesante conjunto de este tipo de piezas, fundamentalmente ligados al carácter eucarístico de la corporación. Toda una seña de identidad que cristaliza en objetos cuya cronología oscila entre el siglo XVIII y el XXI.

OstensorioOstensorio

Una de las piezas más importantes de las que componen el capítulo de platería de la Archicofradía es el ostensorio de plata sobredorada que sirve en el culto eucarístico. Se trata de una notable pieza sevillana fechable en el último cuarto del siglo XVIII y que el profesor Santos Márquez ha asociado a las formas y diseños de Vicente Gargallo, a partir de la comparación de ésta con otras piezas similares. Su estética es rococó, pero en él se advierten elementos tendentes al neoclásico, muy propios del momento de tránsito de un estilo a otro. En la peana presenta cuatro cartelas con iconografía alusiva a la Eucaristía: El cordero Místico, el León de Judá, el Ave Fénix y el Pelícano. En el nudo aparecen igualmente en relieve un corazón y un ramo de espigas, alegorías de la sangre y el cuerpo de Cristo respectivamente. Lo más destacado de la pieza es la escultura que representa a la Fe, dispuesta sobre un globo terráqueo colocado a continuación del nudo, alegoría que sostiene el sol, con rayos rectos que parten de una corona de espigas y racimos de uva. El ostensorio se remata con una cruz calada.

Portada del sagrario

Puerta Tabernáculo A. MayorOtra importante pieza es la que fue puerta del primitivo tabernáculo de la capilla del sagrario del templo. Se trata de una tabla de madera de cedro forrada por planchas de plata repujada que conforman el batiente de lo que fue puerta de un tabernáculo que en primer lugar y hasta comienzos del siglo XX estuvo ubicado en la cabecera de la nave del Evangelio y tras la edificación de la actual capilla sacramental pasó a un nuevo tabernáculo realizado en madera del que se conservan viejas fotografías y que permaneció en uso hasta 1961 en que fue realizado el actual tabernáculo realizado en plata. Posteriormente y durante algunos años fue colocado este batiente como puerta del tabernáculo del altar mayor en sustitución del original, que fue recuperado durante el proceso de restauración al que fue sometido el retablo en 1993.

El batiente tiene forma rectangular vertical y está protagonizado por un registro central donde aparece un rico ostensorio repujado, de rayos que alternan formato recto y ondulado, llevando en el viril repujado el anagrama IHS. A los lados del ostensorio aparecen dos ángeles arrodillados sobre nubes en gesto de adoración. El resto del batiente aparece repleto de decoración vegetal y carnosa. Aún conserva el ojo de llave de su original función.

SI bien carece de marcas o inscripciones, por las formas decorativas, la pieza, que evidencia numerosas intervenciones de reparación, pudiera encuadrarse en el primer tercio del siglo XVIII coincidiendo con una etapa de gran esplendor de la Archicofradía. Al haber caído en desuso, permaneció enmarcado durante décadas en las dependencias de la corporación, hasta que en los últimos años ha sido reutilizado para confeccionar un altar portátil que sirve en la procesión eucarística para el cumplimiento pascual de enfermos e impedidos de la feligresía, acogiendo el portaviático en los domicilios en los que se entra a administrar el sacramento eucarístico.

Demanda de metal plateado

Aunque en la documentación es de los objetos que en más ocasiones aparecen, pues al ser empleados para pedir públicamente limosnas con que sufragar los cultos resultaban fundamentales, existiendo siempre al menos tres o cuatro ejemplares, actualmente la hermandad sólo cuenta con una realizada a en 1989 por nuestro hermano el orfebre Antonio Silva Florencio. Se trata de una demanda de metal plateado de forma circular y tipología de bandeja gallonada, de cuyo centro parte un astil rematado por una medalla de hermano de metal dorado. Actualmente esta pieza se usa en las mesas petitorias que se colocan durante los besamanos y besapié de nuestros titulares, así como durante los días previos a la Estación de Penitencia, en que Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de La O son venerados entronizados en sus pasos procesionales.

Atril del libro de reglas

Atril Libro de ReglasLas piezas de orfebrería en ocasiones aparecen insertas en otros elementos como parte de la ornamentación. Tal es el caso del atril rico que sirve para colocar el libro de jura de hermanos que preside la mesa de la junta de gobierno durante los cultos, o bien para acoger el libro de reglas procesional a diario en la sala capitular. El atril es de madera de cedro y está forrado de terciopelo rojo sobre el que aparecen los elementos decorativos realizados en plata en su color repujada y cincelada. Estas piezas argénteas bien pudieran fecharse en el primer tercio del siglo XVIII y conforman una cenefa con motivos vegetales y roleos enmarcados en dos filetes, una serie de flores y tallos que cubren los costados así como una gran O coronada y rodeada igualmente de roleos carnosos que aparece sobre el respaldo.

Candeleros del sagrario

Procedentes de un antiguo juego de candeleros que servían en el paso procesional de María Santísima de La O, la Archicofradía conserva seis grandes candeleros de bronce plateado, fundido y repujado que actualmente son el plan de altar que ilumina sirve al culto en el retablo cerámico de la capilla sacramental del templo parroquial. Son piezas fechables en el último tercio del siglo XIX que reproducen modelos antiguos procedentes del siglo anterior y que tradicionalmente han sido identificados como “catedralicios”, por su similitud con alguno de los juegos de candeleros que sirven en la sede metropolitana. Son éstas piezas de un gran tamaño y peso que destacan por sus formas sencillas pero elegantes, partiendo de una base triangular decorada con tarjas y volutas, a la que sigue un astil con decoración repujada, rematado en campana igualmente repujada y mechero de fundición, torneado.

Sagrario

Puerta Tabernáculo SagrarioEn 1961 y con motivo de las operaciones efectuadas en el templo con motivo de la adaptación del mismo a las novedades que se implantaron en el templo parroquial como consecuencia de la reforma litúrgica, Fernando Marmolejo Camargo, quizá el orfebre más destacado del último tercio del siglo XX en Sevilla, recibió el encargo de realizar un nuevo tabernáculo de plata para el altar del sagrario del templo parroquial. La pieza, que está embutida en el pedestal del camarín del aludido retablo presenta un potente cuerpo central rectangular vertical rematado por una cornisa, a la que sigue un cuerpo menor apaisado del que arranca media cúpula facetada que remata en un crucifijo. El frente de este cuerpo principal está protagonizado por el batiente del tabernáculo, rematado en medio punto, en el que se desarrolla un relieve con el misterio de la Anunciación. Enmarcando el batiente aparecen diferentes molduras en albergan una tarja en la parte superior con la representación del Cordero Místico sobre el libro de los siete sellos. Flanqueando la puerta del tabernáculo aparecen dos medias columnas de mármol cárdeno, dispuestas sobre basas prismáticas y rematadas con capiteles y jarras de plata. A los lados de este cuerpo central, y dispuestas en chaflán aparecen dos módulos laterales que proporcionan al conjunto una planta semihexagonal. Estas alas laterals presentan decoración geométrica y molduras mixtilíneas, además de estar articuladas nuevamente por una pareja de medias columnas rematadas en capiteles y flameros de plata.

Cálices y copones de la hermandad

Merced a su carácter sacramental y como consecuencia de ser quien históricamente mantuvo el culto en el que es su templo parroquial, siendo desde la creación de la institución parroquial colaboradora necesaria de la misma, la Archicofradía ha atesorado a lo largo del tiempo una nada despreciable colección de vasos sagrados entre los que destacan al menos tres cálices y un copón históricos de plata en su color. Uno de ellos se ha relacionado con el platero Cárdenas al identificarse su marca en él, quedando así encuadrado cronológicamente en el siglo XVIII. Más moderno es el juego de copón y cáliz de metal plateado, dorado y repujado, ejecutado y donado por Antonio Silva Florencio en 1993, o el cáliz de plata repujada, que fue regalo de la Hermandad del Baratillo con motivo de la Coronación Canónica de María Santísima de La O en 2007. En ese mismo año la parroquia regaló a la Archicofradía un portaviril realizado en metal dorado, que también sirve para depositar a Su Divina Majestad en el monumento el Jueves Santo.

Portaviático

Portaviático
Portaviático

Una pieza singular por su tipología y rasgos formales es el portaviático. Un vaso sagrado que sirve para llevar al Santísimo Sacramento de forma solemne en la procesión eucarística que la Archicofradía organiza durante la Pascua para administrar la sagrada comunión a los enfermos e impedidos de la feligresía de La O. Se trata de una pieza diseñada por Carmelo Martín y ejecutada en plata repujada en su color por Antonio Silva Florencio en 1999. La pieza tiene base circular y en un primer listel lleva la inscripción “SOY DE LA ARCHICOFRADÍA SACRAMENTAL DE LA O”. La base remata en ocho arbotantes que sostienen la taza de planta hexagonal que contiene el receptáculo para las Sagradas Formas. El remate es un cuerpo de molduras decrecientes sobre el que descansa el libro de los siete sellos y el cordero místico con un lábaro crucífero y una filacteria con la inscripción “ECCE AGNUS DEI”. A los lados de la taza y uniendo ésta con la base, la pieza dispone de dos asideros en forma de “S”, que llevan también unas argollas donde se prende la cinta con que el sacerdote se ayuda para transportar a Su Divina Majestad. En los costados de estos asideros aparecen en relieve las letras que forman el inicio del himno eucarístico “TANTUM ERGO SACRAMENTUM”.

Nimbo de plata de Santa Brígida

Una de las incorporaciones más recientes al conjunto de elementos de orfebrería de la Archicofradía es el nimbo de plata repujada en su color, realizado en 2016 por los talleres de orfebrería de Viuda de Villarreal, para la imagen escultórica de la que fue primitiva titular de la corporación: Santa Brígida de Irlanda. Después de muchas décadas sin disponer de este clásico atributo de santidad, tantas como abarca la memoria visual que permite la fotografía, la devoción particular de unos feligreses se sustanció en la donación del este nimbo, compuesto por un tondo de nubes del que parten ocho haces de rayos rectos enlazados por un círculo realizado a partir de cuentas redondas. Los huecos que quedan entre los haces están poblados por roleos carnosos.